domingo, 25 de outubro de 2015

El Dicho

Hay un dicho, o al menos algo que suelen decir, sobre una sutil depresión que nos llega después de una noche de fiestas. Una especie de resaca emocional. Algunos creen que ella surge gracias a los arrepentimientos de decisiones tomadas sobre el efecto del alcohol; otros, porque extrañamos la alegría del día anterior.
Yo no sé por qué la tengo la mía. Me desperté re bien: sin dolor de cabeza, muy dispuesto. Incluso posé música para sonar en la computadora y pasé la tarde limpiando la casa. Llegué a a bailar solo en el living. Buenos recuerdos se quedaron conmigo. 
Lo que pasa es que quería más. Mas no lo tenía.  Quería abrazarte más. Quería que vinieras al fin del día para mirar una peli. Hace años, seguramente te lo diría. Enviaría un largo mensaje sobre mis sentimientos. Sobre como tan pronto decía hasta luego ya te echaba de menos. Y tal vez hubiera funcionado. 
Hoy, sin embargo, ya no hago eso. Ya no creo que las palabras sean tan fuertes al punto de cambiar algo que aún no esté ahí. Ya no soy lo mismo.
No obstante, estoy acá. A escribir sobre mis pensamientos en una carta que probablemente jamás llegará a su destinatario. Así como hacía a los catorce, escondido en un dormitorio que fingía que fuera mi hogar. Aún lo hago. Aún creo en la fuerza de las palabras - como pueden afectarme. Escribir. Para que la carne y el hueso se vuelvan inmortales.
Hay un dicho, o al menos algo que suelen decir, sobre una sutil depresión que se sana con el tiempo. Me lo pasé de maravilla.
  

domingo, 5 de julho de 2015

E o momento acabou

Hoje de manhã, algo estranho aconteceu. Estranho e revelador. Acordei pensando na noite anterior; estava excitado, mas, ainda assim, não quis me tocar. Queria deixar meu corpo sentir aquela onda de energia. 

Há tanto não tinha essa coragem. Ao menor desejo, já o expelia de meu corpo. Não em busca de prazer, mas justamente como forma de encerrá-lo. Foi a maneira que encontrei de camuflar o que mais temia. Foi a maneira que encontrei de não sucumbir em minhas perdas.

Então, eu comecei a chorar. Não conseguia segurar a felicidade, ou a surpresa, ou mesmo o medo desse novo velho momento. Porque havia tanto que não desejava assim. Que não acreditava ser possível desfazer a maldição que eu mesmo me colocara. Havia esperança. Eu poderia amar de novo - ousei em pensar. Eu poderia de novo - agarrei-me a esse pensamento por um segundo.

Um segundo. Quanto mais poderia lograr? Quanto mais aguentaria meu corpo suportar a força contrária que me puxa constantemente ao abismo? Permaneci então nesse estado latente de alegria e estranhamento. Porque não acreditava, de verdade. Não acreditava ser possível assassinar o demônio. Deixar de lado a dor que me consome mas que, ao mesmo tempo, permite-me existir. 

Quero libertar-me da dor. Isso dizia meu corpo. Ao permanecer excitado, o medo se desintegrava; o ar à minha volta se tornava mais dócil; o mundo parecia, de alguma maneira, um lugar melhor. As lágrimas que caiam pareciam limpar minha alma. Curar-me. Eu podia finalmente ficar confortável em apenas duas pernas.

Eu levantei. Poderia tentar andar? Cambaleava um pouco. Posso e não posso. Agora eu vou. Agora eu paro. Sonho. Temo. E segui o dia. Ora receoso, cauteloso. Ora avassalador. Uma esperança. E uma desilusão. Quero mais - eu me dizia. E tentava. E seguia. 

E o momento acabou.

sábado, 4 de julho de 2015

Ayer

Ayer
por primera vez
imaginé como sería tocarte
sentir el olor y el gusto
de tu piel
quitarte la ropa
y besar cada parte
de tu cuerpo

Más que hacer el amor
coger
como dos animales salvajes
que buscan alcanzar placer
aun que no puedan entenderlo

Sin embargo, después del éxtasis
sentir una voluntad incontrolable
de abrazar uno al otro
seguros de que no hay lugar
que nos haría más felices

Querer y entregarse a la misma persona
al mismo tiempo
como si fuera posibile
tener todo
una idea sencilla, peligrosa
y, aun así, tan bella

Amarte y desearte intensamente
un momento cuando nada hace falta
así como el que yo tuve
en mi imaginación
ayer